Extractos: La riqueza florística mexicana y sobre todo la abundancia y diversidad de la misma con algún efecto activo sobre al piel fue conocida desde la época precortesiana. Y hoy en día su utilización en la fabricación de cosméticos es cada día más demandada por personas de todos los ámbitos sociales a lo largo de todo el mundo. Los extractos destinados a la elaboración de cosméticos entendiendo así que su aplicación será principalmente tópica se pueden encontrar como oleosos, acuosos, glicólicos y secos.

¿Porqué utilizar un extracto?
Porque los principios activos presentes en las plantas son los responsables de la acción o acciones farmacológicas, nutricionales, y cosmética que justifican el empleo de las plantas en los preparados de la industria.

Algunos consejos para usar extractos
 
En el caso de pieles secas se pueden utilizar lociones calmantes constituidas por los extractos de malva y manzanilla.
 
Para el cuidado de pieles grasas podemos citar una loción astringente elaborada a base de extracto de hamamelis (astringente), melisa (astringente) y genciana (calmante).
 
Como ejemplo de jabón antibacterial se puede utilizar la raíz de equinacea.
 
Para el cuidado de pieles envejecidas podríamos utilizar una emulsión O/W, compuesta de hipéricon por su poder rubefaciente y estimulante del metabolismo celular asociado a un extracto de manzanilla con propiedades anti inflamatorias.
 
Los extractos vegetales son ampliamente utilizados en los tratamientos corporales. Así por ejemplo, en el tratamiento de la celulitis pueden utilizarse extractos como el ruscus (desinfiltrante), hiedra (anestésico local) y algas marinas (antiedematoso), asociado a componentes activos lipolíticos.
 
En ocasiones la incorporación de un extracto viene limitada por: Incompatibilidades con otros componentes, por ejemplo la presencia de un extracto de hamamelis muy rico en taninos es incompatible con el colágeno, elastina, etc. ya que dará lugar a la coagulación de dichas proteínas.
 
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